En los últimos cincuenta años el mundo estaba dividido en dos partes: una formada por 5.000 millones de personas, que constituían países pobres, y otra formada por 1.000 millones de personas que constituían los países ricos. Hoy en día, para nuestro autor, Paul Collier, eso ha cambiado. En la actualidad encontramos un grupo de 5.000 millones de personas que forman parte de países ricos o en vías de desarrollo y otra, formada por 1.000 millones de personas, que es a la que nuestro autor denomina "El Club de la Miseria".
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Paul Collier divide este libro en 4 partes:
- Definición del problema; en la que el autor definirá las características, dificultades y problemas a los que los países del club de la miseria tienen se enfrentan.
- Las trampas; en la que el autor nos explicará cuales son las razones por las que este grupo de países no logra el crecimiento económico necesario para formar parte del mundo desarrollado, y las que hacen que estos se encuentren estancados.
- ¿La globalización al rescate?; en la que el autor reflexionará sobre si la globalización ayuda o perjudica a los países del club de la miseria a conseguir desarrollarse.
- Los instrumentos; en la que el autor nos mostrará cuales son los medios que tanto estos países como los países desarrollados deben utilizar para invertir la situación tan trágica que viven estos países.
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"El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo" comienza exponiendo las características que tienen en común estos países que, según el autor, vivan en una realidad similar a la del siglo XIV. En la segunda parte, expondrá las trampas que provocan la falta de desarrollo económico existente en estos países, en concreto cuatro, las cuales no les permiten formar parte del sistema económico mundial. Estas trampas son: la trampa del conflicto, con la que explica las situaciones de los países que viven una guerra civil o un golpe de estado, analizando sus posibles causas; la trampa de los recursos naturales, con la que el autor argumenta que se pierde más de lo que se gana con su explotación; la trampa de vivir rodeado de malos vecinos y sin salida al mar, hecho que prácticamente condena al país al estancamiento; y la trampa de un mal gobierno, con la que evalúa la calidad del gobierno y de sus medidas en pro del ciudadano. En la tercera parte, el autor expone las consecuencias que tiene la globalización para estos países, la cual actúa a través de tres procesos: el comercio de mercancías, el flujo de capitales y la migración de personas. La globalización puede afectar a estos países tanto positiva como negativamente. Por último, en la cuarta parte, Paul Collier expondrá cuatro instrumentos que pueden ayudar a estas sociedades a salir de esa situación: la ayuda económica, la intervención militar, las leyes y normativas internacionales y la política comercial.
Paul Collier terminará su obra elaborando un plan de acción, dirigido al G-8, en el que especifica como emplear cada instrumento para acabar con cada una de las trampas. No todos los instrumentos se pueden implantar en todos los países pues, dependiendo de la trampa que sufra un país, se empleará uno u otro instrumento. Para la trampa del conflicto, nuestro autor plantea dos ámbitos de actuación; la posguerra y las medidas preventivas. En el caso de la trampa de los recursos naturales, la principal herramienta sería la elaboración de leyes y normativas internacionales que regulasen la explotación de estos recursos y no, por ejemplo, la ayuda económica. En la trampa de la existencia de malos vecinos y sin litoral es efectiva la ayuda económica y, por último, para el mal gobierno, también serían útiles las leyes internacionales, que podrían limitar, por ejemplo, la corrupción de éste.
En conclusión, Paul Collier, con la elaboración de este libro lo que busca es advertir a los lectores y, al mundo en general, de la importancia de un problema presente en nuestras vidas, a la vez que apela a la moral de éstos para que emprendan la búsqueda del bienestar global y no dejen de lado la tragedia que viven los países del club de la miseria. Así, argumenta que cuanto más tardemos en solucionarlo, más complicado será integrar a estos países en la economía mundial y, de no ocurrir esto, advierte de como se vería afectado el mundo en su totalidad.
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